En la segunda mitad del siglo XVIII las colonias inglesas de América del Norte estaban en plena Guerra de la Independencia contra Inglaterra. Las potencias europeas de la época pronto tomaron partido en la guerra apoyando cada cual a uno de los dos bandos en liza.
A pesar de las ofertas que nos hizo Inglaterra (se cuenta que incluso llegaron a ofrecernos Gibraltar), Carlos III, por entonces Rey de España, tomó partido por los insurrectos y les envió un millón de pesos para que pudiesen financiar la guerra que finalmente ganaron.
Tras la guerra, Estados Unidos estaba en bancarrota y en la Conferencia de Paris posterior al conflicto declararon que habían recibido una cantidad muy inferior para tener que devolver menos dinero. Del resto, nunca más se supo.
Pasados más de dos siglos, el abogado José María Lancho ha realizado un estudio jurídico en el que cuantifica cuánto fue aquella contribución y en el que demuestra que nunca fue devuelta.
Es más, después de realizar sus cálculos, ha llegado a la conclusión de que ese millón de pesos, a un interés anual del 5% compuesto, se ha transformado, doscientos cuarenta años después, en la bonita cifra de 3 billones de dólares y como ninguna de las dos tradiciones, ni la anglosajona ni la española, prevén la extinción en el derecho internacional, la conclusión a la que llega es que la deuda continúa completamente vigente.
En estos años de crisis, recibir 3 billones de dólares no estaría nada mal. ¿Reclamará Zapatero el pago de esta "deuda histórica"? ¿Qué hará con el dinero?
1 comentario:
Por que no se dedica José María Lancho a investigar lo que España le debe a los países latinoamericanos por todo lo que se llevaron "prestado"?
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