jueves, 30 de agosto de 2012

A Sánchez Gordillo le roban su iPhone y lo denuncia en la Policía



Pues si, ¿o acaso creían que a “Robin Hood” no le gustaba la tecnología?

Juan Manuel Sánchez Gordillo, diputado de IULV-CA y alcalde de Marinaleda (Sevilla) hace mucho tiempo que es famoso, pero últimamente ha saltado a la palestra informativa por encabezar la llamada “Marcha Obrera” convocada por el Sindicato Andaluz del Campo (SAT).

Seguro que los conocen: van disfrazados de pordioseros, toman posesión de fincas agrícolas y de hoteles de cinco estrellas para bañarse en su piscina, asaltan tiendas de Mercadona y Carrefour con la excusa de repartir los alimentos robados entre los pobres... y todo ello lo hacen amparados en el Sr. Sánchez Gordillo que, al ser diputado, es aforado y no se le puede detener.

Esta “Marcha Obrera” que tenía como destino final la zona de Cádiz -y como el mes de agosto ya está terminando y ellos tienen que volver a sus casitas para seguir cobrando del PER- está a punto de finalizar. A su paso por El Puerto de Santa María, los sindicalistas hicieron noche en una caseta del recinto ferial y Sánchez Gordillo lo aprovechó para cargar su iPhone. A la mañana siguiente, ¡sorpresa!: ni iPhone ni cargador. Suponemos que bastante molesto, el alcalde de Marinaleda se personó en las dependencias de la Comisaría de la ciudad para denunciar tan escandaloso robo.


Dos rápidas consideraciones: ¿no hay móviles más baratos? Ellos, que promulgan la austeridad y que se consideran “pobres”, supongo que no tendrán muy difícil encontrar un terminal más económico aunque, eso si, menos sofisticado.

La segunda: ¿no querían que les detuvieran tras robar en un Mercadona y ahora quieren “enchironar” al que se lo ha “expropiado” porque no tenía para comer?

Esperamos que lo recupere pronto ya que, en caso contrario, nos tocará, con el dinero de todos, comprarle otro. ¿O creían que se lo pagaba él?


miércoles, 29 de agosto de 2012

Se queja por tener 100 orgasmos diarios



“Tuve orgasmos constantes durante cuatro días. Pensé que me estaba volviendo loca. Intentamos de todo para que parara. Me ponía en cuclillas, respiraba profundamente, me sentaba sobre guisantes congelados, pero los orgasmos y la excitación sexual continuaron durante 36 horas. Debí haber tenido alrededor de 200 orgasmos durante ese tiempo.” "Incluso he llegado a tener orgasmos en público. Una vez viajaba en un tren y con cada sacudida y vibración me iba sintiendo cada vez más excitada. Fue un viaje de 40 minutos y no pude hacer nada por evitarlo. Sólo pude morderme los labios y esperar que nadie se diera cuenta".

Quien cuenta esto es una inglesa de 44 años llamada Kim Ramsey y aunque muchos (y muchas) pensarán que su vida es de color de rosa, la verdad es que sufre una de las enfermedades incurables más desagradables. Kim padece  un trastorno de excitación genital permanente (TEGP) o Síndrome de Excitación Sexual Persistente (PSAS);  una enfermedad por la que cada acto que realiza a diario va acompañado por un orgasmo, lo cual, lógicamente, le impide llevar una vida que se pueda considerar normal, siempre agotada, dolorida y, muchas veces, avergonzada.

El más mínimo movimiento de la pelvis, ya sea caminando por la calle, en el coche o haciendo las tareas del hogar, puede provocarle un orgasmo. O lo que parece un orgasmo, ya que la sensación experimentada durante el TEGP es totalmente ajeno a la líbido. Los médicos achacan esta dolencia a una caída que tuvo hace diez años y que le causó un quiste de Tarlov en su columna vertebral, justo en el punto donde se origina el orgasmo de la mujer.

"Muchos hombres y mujeres no lo entiende. Piensan que es una bendición y, créanme, no lo es" afirma, ya cansada de su enfermedad, Kim Ramsey.