A la que está considerada como la “casa más grande de los Estados Unidos” le han puesto el cartel de “se vende”.
La mansión, situada en la localidad de Windermere, junto al lago Butler, a las afueras de Orlando (Florida), se empezó a construir hace tres años y aun está sin terminar.
En una superficie de 8.100 metros cuadrados, se puede destacar su hall de granito y mármol de Turquía de 1.200 metros rematado con una gran bóveda acristalada de 12 metros de altura y dos grandes escalinatas, una cocina de 200 metros cuadrados con diez cocinas accesorias, una bodega de dos plantas, con bodega excavada en la roca incluida, tres zonas de Spa separadas por una cascada de 25 metros de largo, 23 baños completos (jacuzzi incluido), bolera, pista de patinaje, piscina olímpica, teatro infantil, habitación para jugar a la pelota, un garaje para veinte vehículos, campo de béisbol, dos pistas de tenis, un generoso embarcadero y un unifamiliar con apartamento para los guardeses.
La mansión fue bautizada como “Versalles” porque la entrada fue diseñada siguiendo el estilo del palacio parisino.
Según los expertos inmobiliarios, la casa sale al mercado a un precio muy asequible: 75 millones de dólares. Aunque, claro, si se paga en euros sale mucho más barata: 61,4 millones. Yo me lo estoy pensando.
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