La que se ha armado en el país vecino. Una empresa, con el sugestivo nombre de Sensual Clean Service, ha lanzado un nuevo servicio de limpieza del hogar a través de su web.
Por un “módico” precio que oscila entre 95 y 150 euros a la hora, las empleadas de esta firma limpian el polvo, pasan la aspiradora, friegan el suelo y hacen la cama. ¿Les parece caro? Pues depende de lo que consideren como caro: si la “sirvienta” que aparece por nuestro hogar ya tiene nietos y posee una oronda figura, por muy buen trabajo que realice... resulta carillo, pero si quien limpia nuestra casa es una joven con un cuerpo escultural y el uniforme que exhibe consiste, únicamente, en ropa interior extremadamente sensual... habrá quien ya no le parecerá tanto. O al menos así debieron lo pensar en la empresa Sensual Clean Service.
A pesar que el impulsor de la iniciativa explica que los clientes no tienen derecho a tocar ni a fotografiar o filmar a las “trabajadoras” y que justifica su negocio diciendo que ya existen servicios similares, como por ejemplo los strip-tease a domicilio, numerosos alcaldes y asociaciones feministas han denunciado el insulto a la imagen de la mujer que supone esta iniciativa y han pedido su prohibición por su contenido degradante.
Eva, una estudiante de 21 años que trabaja en el servicio, ha contestado a estas críticas diciendo que quienes critican este proyecto “no son más que unos pobres hipócritas”. Por alguien lo dirá.
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