martes, 20 de diciembre de 2011

Desvelado el primer misterio de Stonehenge



Seguro que todos conocen o al menos han oído hablar de Stonehenge, monumento megalítico de la Edad del Bronce situado cerca de Amesbury, en el condado de Wiltshire (Inglaterra) y declarado Patrimonio de la Humanidad.
La belleza del monumento sólo es comparable a su misterio: ¿de dónde provienen las rocas y cómo han llegado hasta allí?

Pues bien, al parecer, el primero de los misterios ha sido descubierto. Durante mucho tiempo se creía que procedían de las llamadas colinas de Preseli. Ahora, una investigación del Museo Nacional País de Gales y de la Universidad de Leicester, publicada en la web de la BBC, ha localizado su fuente en Craig Rhos-y-Felin, cerca de Pont Saeson. Es más, analizando  su contenido mineral y las texturas de las rocas (lo que se conoce como petrografía) comprobaron que el 99% de las muestras se emparejaban a rocas de Pembrokeshire y han delimitado el perímetro de su extracción a escasos centenares de metros cuadrados.

Ahora queda la otra gran incógnita: ¿cómo pudieron trasladar 5.000 años atrás estas rocas desde Pembrokeshire a Stonehenge a más de 380 kilómetros?

Las hipótesis son variadas. Unos piensan que la naturaleza fue la que acercó las rocas a Stonehenge, debido a la trayectoria de un glaciar de la Edad de Hielo. Sin embargo, esta opción es poco probable ya que, aparte de las del monumento, no hay ninguna roca más con la misma procedencia en los alrededores.




La opción que más adeptos tenía es la de que los antiguos pobladores movieron las grandes losas en balsas, a través del río Avon y el canal de Bristol. Ahora, con la localización exacta, esta posibilidad se hace más difícil ya que los cauces de agua se apartan bastante del lugar. Además, en el año 2000 se hizo una prueba real, intentando trasladar una piedra gigante desde País de Gales a Salisbury por tierra y mar, utilizando sólo la fuerza muscular y la tecnología de los humanos de hace 5.000 años. Desgraciadamente, la piedra acabó hundida en el estuario de Milford Haven.

Esperamos impacientes los estudios que nos desvelen el secreto del transporte. Les podemos adelantar que debajo del brazo no las llevaron.

No hay comentarios: