jueves, 2 de diciembre de 2010

¡Qué me entierren con el móvil! Por si acaso



Un británico de 72 años, fallecido en un incendio, fue enterrado junto a su teléfono móvil en cumplimiento de su último deseo, que era que le llamasen sus amigos una vez que estuviese dentro del féretro.

George Ball, soldador de profesión en la localidad inglesa de Bradwell, condado de Staffordshire, dejó dicho antes de morir que su servicio fúnebre sólo podría celebrarse si no respondía a la llamada, pues sólo así se demostraría que no estaba gastándoles una broma.
Antes de la ceremonia, un miembro de la congregación llamó al número del difunto y el teléfono sonó dentro del féretro.

Como pueden suponer (y más después del incendio) la llamada no obtuvo respuesta, por lo que se decidió continuar con la ceremonia. Descanse en paz.

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