martes, 17 de mayo de 2011

Ayudar a dormir puede ser un buen negocio


Procurar descanso y relax al prójimo puede resultar muy rentable. Compruébenlo con estos ejemplos de emprendedores que se han enriquecido ayudando a las personas que tenían problemas a conciliar el sueño:


- SleepPhones: ¿Le molestan los tradicionales auriculares cuando está acostado? Si quiere escuchar música para relajarse en la cama esta es la mejor solución: unos pequeños auriculares recubiertos de suave tela e insertadas en una especie de diadema que se adapta a su cabeza. Wei-Shin Lai los inventó y ahora factura más de un millón de dólares al año.

 

-Sona Pillow: inventada por el neurólogo Najeeb Zuberi, esta almohada “mágica” soluciona la mayor parte de los problemas provocados por la apnea del sueño. Si. Los ronquidos también.


- Sleepy bug: ¿cansado de que sus hijos pequeños no le dejen dormir durante la noche? Andrea Elovson, periodista de profesión, posee todas las tácticas imaginables para que sus pequeños duerman de tirón toda la noche. Su consulta hecha humo: por 100 dólares a la hora le dirá lo que tiene que hacer para no volver a pasar una mala noche.


- Beyond Luxury: podríamos decir que es el Rolls Royce de los colchones. Rellenos de Kashmir, tela de angora, seda, algodón orgánico certificado y lana de Nueva Zelanda, su precio puede llegar a los 44.000 dólares, aunque hay modelos más “económicos” desde los 2.500 dólares.


- Bedfan: para luchar contra el calor en verano cuando estamos acostados poco se puede hacer. ¿Seguro? Kurt Tompkins, ganadero de Texas, no se conformó e inventó un aparato alto y plano que se coloca al pie de la cama y envía aire fresco bajo las sábanas. Ahora vende más de 10.000 al año.


- Floating bed: Como una cama de agua pero sin los efectos nocivos que para el oído interno tienen estos artilugios: una cama que “flota en el aire”. John Huff, su inventor,  los vende por 4.000 dólares y, según él, se los quitan de las manos.


 -Sleeptracker: la idea es simple; un reloj que mide y almacena nuestros parámetros del sueño. Al día siguiente, el usuario introduce estos datos en el ordenador y éste señala los momentos más relajantes del sueño durante la noche. Con esta información se pueden cambiar los hábitos del sueño para despertarnos, mediante una alarma, en el momento más propicio para tener la máxima energía (y el menor malhumor) durante toda la jornada. La empresa que los vende factura más de 3 millones de dólares anuales.        

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