miércoles, 8 de junio de 2011

Tropezones “reales” del Rey don Juan Carlos I



Sin duda es uno de los personajes más populares de nuestro país. Son muchos más los que justifican y apoyan su presencia como Jefe del Estado que los que preferirían que el sistema cambiase y que Don Juan Carlos abandonase su puesto, pero de lo que no cabe duda es que con el paso de los años, nuestro monarca ha sabido ganarse las simpatías, incluso, de quien prefiere que España se convierta en una república.  

Gran parte de la culpa la tiene su carácter abierto y ese toque campechano que provoca que los ciudadanos lo consideren como uno más “de la familia”. Pero, incluso Don Juan Carlos tiene sus días “malos”. Veamos unos cuantos ejemplos:

- El escalón republicano: en la entrega de premios del Círculo de Economía, el Rey perdió el equilibrio bajando unas escaleras. La ayuda de varios asistentes evitó que tuviera consecuencias.


- El guión del acto no estaba del todo claro: el Rey protagonizó la anécdota de la entrega del Premio Cervantes a Juan Marsé, al saltarse el protocolo y comenzar su discurso antes que la ministra de Cultura.


- Otro escalón republicano: en la inauguración de la nueva terminal del Aeropuerto de Málaga, de nuevo un inoportuno escalón se interpuso en el camino del Rey.


- Politono real: en la recepción oficial de las cartas de siete nuevos embajadores, una risa de bebé interrumpió el acto. Era el politono del móvil del Rey.

 
- Y Hugo Chávez se acojonó: Es una de sus frases más recordadas. En 2007, durante la XVII Cumbre Iberoamericana, el Rey mandó callar a Hugo Chávez y lo consiguió. En este caso, más que día malo fue bueno, muy bueno.


- ¿Pinos en la tripa?: Cansado de escuchar informaciones contradictorias sobre su salud,  el Rey se dirigió a la prensa muy enfadado y expresó: "Queréis matarme, queréis verme con un pino en la tripa”. No tenemos ni idea de lo que quería decir. Esperamos que algún día nos aclare la frasecita. 


Por cierto, le deseamos una pronta recuperación de su operación de rodilla. Dentro de poco volverá a estar “hecho un chaval”.

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