No cabe la menor
duda de que el Rey de España, Don Juan Carlos, ha metido su real pata hasta el
fondo (lo sentimos, Majestad, pero las cosas como son). El haberse accidentado
en su viaje a Botsuana ha provocado comentarios, enfados, chistes… pero lo peor
de todo es que ha sacado a la luz muchas de las debilidades de nuestro monarca.
La primera, que la edad no perdona. La segunda, que su afición por matar bichos
gigantescos no acaba de gustar a los españoles. La tercera, que el oportunismo
no es su mejor cualidad; “su” país no está para fiestas de este tipo. Y la
cuarta… ¿quién diablos es esa rubia que le organiza los safaris?
Su nombre es Corinna
zu Sayn-Wittgenstein (Corinna Larsen de soltera), tiene 46 años y es de origen alemán. Dos veces
divorciada, es madre de una niña fruto de su primer matrimonio con Philip Atkins En el 2000 se casó con el príncipe Casimir zu
Sayn-Wittgenstein Berleburg, diez años más joven que ella, por el que adquirió
el título nobiliario. Se separó en 2005, por lo que, aunque se le llame así, en
realidad no es princesa. También se la relaciona con un miembro de la familia
Flick, máximos accionistas del imperio Mercedes.
Se especula con que conoció a Don Juan Carlos en 2006, en un
banquete que ofreció en honor del monarca cuando éste visitó Ditzingen, un
pueblo al sur de Alemania, aunque publicaciones portuguesas apuntan a que ambos
se encontraron por primera vez un año antes, en 2005, en Portugal. Después, con
motivo de la Copa
del América de Vela, ella viajó a Lanzarote y a Valencia, donde coincidió varias veces con el Jefe del
Estado español.
En 2007 el Rey y Corinna volvieron a encontrarse en aguas de Valencia, ella a bordo del barco de seguimiento del equipo suizo que participaba en la competición y se sabe que Corinna llegó a ocupar el puesto de tripulante número 18 del Desafío Español, un puesto de honor que posteriormente ocuparían el propio Rey Juan Carlos y sus hijos, el príncipe Felipe y la infanta Cristina. Al parecer, su “amistad” fue en aumento cada vez que coincidían en un evento.
Gran aficionada a la caza y a la vela, sus aficiones
coincidieron plenamente con las de nuestro monarca. Y su trabajo también, ya
que Corinna se dedica a organizar safaris como el de la semana pasada en
Botsuana (a través de la empresa Boss&Company Sporting Agency, de la que
llegó a ser consejera delegada) para
nobles y multimillonarios de toda Europa. También suele acudir a ellos.
Y me dejo para el final lo mejor: en 2010, Corinna zu Sayn
se instaló en Madrid, en El Pardo, cerca de la Zarzuela. Visto
lo visto, tampoco resulta extraño que Don Juan Carlos y Doña Sofía lleven 36años sin acostarse juntos.
Majestad, le han pillado con las manos en la masa. ¿A donde
iba en la madrugada del jueves al viernes cuando sufrió la caída? ¿O acaso
volvía ya?
No hay comentarios:
Publicar un comentario