Sucedió el sábado
pasado en el céntrico hotel Londres de San Sebastián. Un día que debería haber
sido perfecto para la pareja de novios que se unían en una preciosa boda, acabó
en el cuartelillo de la
Ertzaintza.
El convite contaba con cerca de un centenar de
invitados: los del novio venidos de Valladolid y los de la novia del propio San
Sebastian. Todo transcurría con normalidad hasta que, acabada la cena, empezó
el baile.
Uno de los invitados pidió al encargado de la
música que pinchara una melodía del cantautor vasco Benito Lertxundi, a lo que
el novio respondió que ni pensarlo. Ante el jaleo que se estaba montando, se
acercaron otros invitados a la boda, suponemos que bastante “cargados”: unos
partidarios del ¡Viva España!, o sea, los de Valladolid, que no querían que se
pusiese música cantada en euskera y otros partidarios del ¡Gora ETA! que querían
todo lo contrario.
Tras varias descalificaciones entre los dos
grupos, empezó una monumental pelea que ni las llamadas de la novia a la calma,
micrófono en mano, lograron parar. De nada sirvió tampoco la intervención del
personal de seguridad del hotel y al final se tuvo que alertar a la Ertzaintza para que la
batalla campal no tuviera nefastas consecuencias.
Cinco personas fueron evacuadas para ser
atendidas de diversas lesiones, entre ellos dos agentes. La Ertzaintza detuvo
además a dos personas por delitos de atentado contra agentes de la autoridad y
otros dos invitados fueron acusados por falta de respeto a los policías. Un “final
feliz” y una boda “inolvidable”, como pueden comprobar.
¿Se acuerdan cuando en las bodas ponían “los
pajaritos” y “Paquito el Chocolatero”?
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